Es muy común escuchar la expresión “qué mal Karma tengo,
seguro que en otras vidas hice cosas malas y las estoy pagando ahora”.
Por decirlo de alguna manera, es una especie de “ley cósmica”
con causa y efecto. No existe el mal
karma o un castigo como tal que busque hacernos daño.
La palabra “Karma” significa en realidad “acción” y somos
nosotros mismos los que mediante nuestras acciones, pensamientos y
atribuciones, tejemos nuestras propias consecuencias en esta vida y en las
siguientes, pues dentro de esta corriente, se asume la idea de las
reencarnaciones.
Una vida llena de egoísmos, una existencia en que nos hayamos
hecho daños o incluso a los demás, deja heridas y cuentas pendientes en nuestra
alma. Algo que tenemos que aprender a curar en la siguiente reencarnación.
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