¿Cuándo empezó esta
costumbre?
Todo tiene una explicación lógica y comprensible.
Tashirojima tenía como principal actividad económica la cría de gusanos de
seda.
El hecho de acumular estos pequeños animales en naves
habilitadas para ellas, desembocó en una plaga descontrolada de ratones.
Las consecuencias no tardaron en aparecer… las orugas
desaparecían, se acumulaban los daños, las pérdidas y también las enfermedades.
¿Cuál era pues el remedio?
Gatos. Los residentes empezaron a traer gatos, a
permitir que se reprodujeran, a darles una vida tranquila por las calles de la
isla por donde podían moverse con total libertad. Pero cuando se les pregunta
si fue esta la razón por la que Tashirojima se ha convertido en la isla de los
gatos, los nativos responden con una negativa por unanimidad. Ellos,
sencillamente adoran y veneran a los gatos desde siempre, son felices viéndolos
por la calle, acariciándolos, velando por su salud y por seguridad.
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