Un bosque ahí donde la naturaleza seduce en todos sus
sentidos, formas, colores y olores. Te estoy hablando del bosque de Hallerbos,
en Bélgica.
¿Te queda lejos? Sígueme en este pequeño paseo para
descubrir la belleza de este bosque.
HALLERBOS, EL BOSQUE ESCONDIDO DE BÉLGICA
Estamos en el municipio de Halle, en Bélgica. Nada más
entrar, te sentirás envuelto por un aliento violáceo. Si eliges efectuar tu
paseo en las primeras horas del amanecer o del atardecer, verás como el sol
entra muy tímidamente entre el bosque de hayas, pero la intensidad de sus rayos
logra levantar un halo de luz casi púrpura, casi mágico y lleno de matices
deslumbrantes.
A tus pies, se extenderá un manto interminable de jacintos,
delicados pero expectantes ante cualquier visitante que desee adentrarse en el
bosque de Hallerbos, ahí donde es frecuente también ver numerosos ciervos.
Son casi 552 hectáreas de terreno al que muchos llaman
sencillamente, “el bosque azul”.
Pero debes saber que el azul no es su único color. Todo depende
de la época del año en la que nos encontremos y del momento de su floración.
Si te acercas en otoño la tonalidad del bosque de Hallerbos
serán los marrones, los ocres y los grises. Las hojas secas forman auténticas
alfombras multicolor donde relajar nuestros sentidos.
Para los vecinos de Halle, es el momento más excepcional, es
cuando las hayas rojas están más relucientes, cuando se alzan aún más
espectaculares dotando al bosque de una tranquilidad única.
Debemos entender que el turismo casi siempre se ve atraído
en la época de la primavera, cuando florecen los jacintos y las campanillas. Sin
embargo, casi nadie se acerca en otoño. Momento en que el bosque respira con su
calma más mística, instante en que uno puede cruzarse con numerosos ciervos o
con algún que otro buey de las granjas cercanas.
Si es interesante el legado natural del bosque de Hallerbos,
también lo es su historia. Después de la Revolución Francesa, este rincón
espectacular pasó a formar parte de la República, pero tras la famosa derrota
en Waterloo, sufrida por Napoleón, Hallerbos pasó a ser propiedad de los Países
Bajos y en particular de unos duques que se encargaron de gestionarlo y de
aprovechar su rica madera de haya roja.
Pero la fatalidad llegó en la Primera Guerra Mundial.
Alemania destruyó y quemó el bosque en su totalidad. Tras el desastre, el
estado Belga se quedó con él e inició de inmediato un meticuloso proceso de
reforestación, de ahí que la mayoría de árboles que vemos en la actualidad,
sean aún tan jóvenes. A día de hoy, y como resultado de federalización de
Bélgica, la gestión forestal se divide entre la región flamenca: con 511
hectáreas (territorio Halle) y la región de Valonia: con 41 hectáreas
(territorio Wauthier-Braine).
Como puedes ver se trata de un paraje que no quedó indemne a
las guerras, y a las disputas políticas. Sufrió heridas en muchas épocas de su
vida, pero a día de hoy, el pasado ya no tiene importancia. El bosque de
Hallerbos respira en tranquilidad, acogiendo con agrado a todo aquel que se
deje encandilar por su insuperable belleza.
Si te ha gustado este rincón del mundo conocer otro paraje
espectacular, el paraíso del parque Hitashi de Japón.
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